Cuando todavía nos estamos acostumbrando a que chicos de 17 años en Tiktok tengan millones de seguidores y ganen dinero por crear ese contenido, que muchas veces no alcanzamos a entender, bailes imposibles, retos y bromas, aunque también hay espacio para cuentas que nos ayudan a aprender idiomas o a cocinar, nos enteramos de que hay una influencer llamada Lil Miquela que trabaja con marcas como Prada o Calvin Klein, que no existe, que no es real, que es virtual. Pero que eso no le impidió ser nombrada en 2018 como una de las “25 Personas Más Influentes del Internet” (25 Most Influential People on the Internet) de la revista Time.
¿Mareante verdad? Pero empecemos por el principio, ¿Qué es esto de los influencers virtuales?
Estos influencers no son humanos, tampoco son reales, esto ya lo tenemos claro, pero entonces ¿Qué son? ¿cómo se crean? Son avatares generados digitalmente con un realismo sorprendente, estos influencers se crean por computadoras, de ahí que se les llame “Influencers CGI (Computer generated imagery).
Son marcas que representan a marcas, detrás de estos influencers hay un equipo de profesionales que crea cada aspecto de la vida de estos personajes. Tiene que haber un story telling que construya el personaje, tiene que tener una personalidad propia, usan las redes sociales para expresar su opinión sobre los temas de actualidad y para unirse a causas relevantes para la sociedad y concienciar a sus comunidades. Durante la pandemia la misma Organización Mundial de la Salud recurrió a ellos para concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de la prevención y el uso de la mascarilla.
Algunas de las ventajas que tienen estos influencers virtuales y que los están haciendo tan deseados para las marcas es que nunca van a meter a la marca en un aprieto con un comportamiento no deseado, nunca tienen escándalos, no llegan tarde y no se quejan si el catering no es de su agrado. En definitiva, aportan seguridad y confianza a las marcas y reducen la incertidumbre de trabajar con personas reales.
Pero la ventaja que realmente las hace deseables, es la gran aceptación que tienen entre la audiencia, la mayoría de estos influencers virtuales están enfocados a la generación Z y a los más jóvenes. Una generación como sabemos muy difícil de impactar a través de los medios tradicionales y que ha encontrado en esta narrativa la posibilidad de acercarse de una manera natural a su público.
Es tan sencillo como conocer las inquietudes, deseos o preocupaciones que tiene esta generación Z y crear un avatar virtual con el que se puedan identificar, esto genera una curiosidad natural en su público por conocer más sobre ellos y sus vidas y hace que vuelvan una y otra vez a sus perfiles para estar al día de sus andanzas.
Por ejemplo Lil Miquela se describe como una chica brasileña-estadounidense que sueña con convertirse en cantante algún día en Los Ángeles. Una chica normal, si no fuese porque no existe, pero eso no le impide tener más de 3 millones de seguidores en Instagram y ser una de las modelos más reconocidas y cotizadas hoy en día, y defender causas como los derechos LGTBTQ y Black Lives Matter.
También tenemos a Imma.gram, que fue la primera influencer creada con CGI y que posiblemente la habrás visto muchas veces sin darte cuenta de que no era real, de hecho, hace poco presentó un evento de LG y muchos de los asistentes no supieron distinguir si estaban viendo a una chica real o a un avatar
Los contenidos así cómo la forma en la que los consumimos ha ido evolucionando, y estos avatares no son más que el siguiente paso de la evolución primero fueron los libros, luego los comics, las películas, los videojuegos y ahora estos influencers virtuales, que no son sólo avatares que representan a personas sino que puedes encontrar un catálogo de lo más completo de todo tipo de avatares fantásticos como Guggimon un elegantón conejo que colabora con Gucci junto con Janky un gato de lo más fashion, entre los dos cuentan con casi 3 millones de seguidores en InstagramOtra de las grandes razones que está impulsando el crecimiento de estos influencers virtuales es que se mueven como peces en el agua en el Metaverso, pueden entrar a jugar en tu juego preferido, pueden interactuar en cualquier universo y pueden llevar a las marcas de una manera muy orgánica a metaversos como Sandbox o Decentraland.Poco faltará para que estos influencers virtuales tengan sus casas en el metaverso y la decoren a base de talonario de las marcas, productos que luego todos querremos tener en nuestras casas, reales o en el metaverso, porque no olvidemos que el metaverso es una realidad y que ya hay mucha gente que se ha comprado su parcela y se está creando su casa, casa que habrá que decorar y que de la misma manera que pagamos por muebles en el mundo real lo haremos en el metaverso.Ya está pasando con la ropa, conocido es el caso de Mónica Quin a la que se conoce como “la Amancio Ortega del Metaverso” que se ha hecho millonaria vendiendo ropa virtual.Y no, no es una moda pasajera, ni una burbuja, de hecho, encontramos ya en el mercado agencias de representación exclusivas de influencers virtuales como pueden ser Virtual Humans o The Diigitals¿Qué será lo próximo?